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jueves, 18 de octubre de 2012

La resiliencia






La Resiliencia, esa capacidad para adaptarse a los cambios y a las crisis vitales, es
la clave para tener una vida saludable y productiva. Basado en su profundo
conocimiento de la nueva ciencia de la resiliencia, el Dr. Al Siebert explica cómo y
por qué algunas personas son más resistentes que otras y cómo puede aprenderse a
ser resistente a cualquier edad.
Mediante anécdotas, ejercicios y ejemplos, el Dr. Siebert detalla un original
programa en cinco etapas para incrementar la resiliencia. Aprenderás cómo:
· conservar la salud, la energía y las emociones positivas en los peores momentos
· mejorar su capacidad analítica, creativa y práctica para resolver problemas
· reforzar su confianza, su autoestima y el concepto que tiene de sí mismo
· desarrollar los atributos y habilidades concretos característicos de las personas
muy resistentes, y
· construir su talento para la serendipia, que es la capacidad de convertir los
accidentes y las desgracias en acontecimientos afortunados y buena suerte.
Sacar partido a la resiliencia le permitirá recuperarse rápidamente de los reveses,
aprovechar la adversidad y enfrentarse a la vida con la cabeza alta.
"(. .. ) ¡Un recurso valiosísimo! Paso a paso, proporciona herramientas muy útiles
para recuperar el control y sentirse seguro para manejar de manera eficaz la
realidad de este mundo ajetreado."
ISBN: 978-84-935212-9-5  /  Alienta, Edición 2007,    Barcelona
Idioma: Español   Páginas: 278

referencias de interés


miércoles, 19 de enero de 2011

violencia en los medios


Todo discurso ejercido desde el poder de Estado debe ser conciliador, equilibrado, armónico y acorde a la ley. Sin embargo, las actitudes reflejadas desde el poder político son cada día más radicales y polarizadas hacia el “tremendismo” y el “terror” que en lugar de tranquilizar y aquietar la crispación social y el malestar general lo que hace es propiciar aún más la sensación de “catástrofe” o “inutilidad” total.  Si la autoridad acusa un delito, está legitimada para ello, pero si a la autoridad se le acusa, (revueltas, sublevaciones, huelgas, conflictos sociales, etc), la respuesta habitual es la de esquivar o desviar la atención hacia otros actores ajenos a ella misma.  Por ejemplo, hoy mismo, ante el nuevo atentado de violencia de genero producido en Fuenlabrada, el delegado de violencia de genero  Miguel Llorente afirma:

«Hay hombres que están pensando en matar a su pareja; es un proceso, que meditan y cuando encuentran elementos de refuerzo con los que se identifican en esas imágenes pasan a la acción».

Además considera que la influencia de los medios de comunicación ante el maltratro fomenta o alienta la acción delictiva en los oyentes. Dicho con sus palabras: “el Gobierno se plantea recomendar a los medios reducir el tratamiento y controlar las imágenes» sobre estas agresiones. La mayoría de los ciudadanos opinan que las noticias sobre la violencia de género son demasiado sensacionalistas, mientras que el Gobierno advierte de que frivolizar a la hora de informar acerca de estas agresiones refuerza al maltratador y genera dudas en las víctimas.”  ¿Qué podemos desprender de estas afirmaciones?. ¿Esataremos legimitamndo un comité de censura periodística y global que defina un “canon” sobre lo“politicamente correcto” para evitar situaciones de violencia encubierta o explicita.

«No hay que frivolizar nunca con la violencia de género porque refuerza a los agresores y genera dudas en las víctimas», ha dicho. Para Lorente, «la respuesta a la violencia de género está en la sociedad, por ello es fundamental el tratamiento que se da en los medios de comunicación».

Creo que el delegado lo ha expresado muy bien; primero piensas, luego actúas. No hay acciones automáticas o compulsivas que el actor realiza sin ningún tipo de control o racionalidad, no; el agresor, primero lo piensa y luego actúa.  Si es así, tal y como lo expresará José Antonio Marina, en su libro “la inteligencia fracasada” y en “las culturas fracasadas“, así como hay un esplendor de la inteligencia humana, también hay una decadencia o perdida de referencias, lo que conduce a las actitudes violentas e irracionales.  El fracaso social es la consecuencia de una “mente colectiva fracasada”, y sobre esto hay que ahondar en el análisis y en el estudio sobre lo que está ocurriendo con la “violencia de genero” o la “violencia” en todas sus formas.  No es propio de sociedades “civilizadas” un nivel de barbarie y decadencia que dé como solución o resultado “aniquilar” la vida del semejante. Ante la expresión de que “no se puede frivolizar”, es obvio, que no se puede frivolizar, y no creo que existan medios de comunicación que “frivolicen” desde una editorial seria, con este tipo de noticias, pero creo que lo que nos está insinuando es algo más complejo, algo más allá de nuestras posibilidades como sociedad a la deriva tal vez…  ¿Qué quiere decir con “un tratamiento en los medios de comunicación”?. ¿“Comité de censura“, “filtración o análisis de los mensajes“, capaces de  calibrar el uso e impacto de las palabras antes de ser emitidas por cualquier medio?.  José Maria Chamorro en su libro “lenguaje, mente y sociedad” plantea en su investigación, la importancia del “significado” de los mensajes, insistiendo en la “oscuridad” en la que permanece aún este asunto. Sin duda no es tema baladí.

La violencia es una constante en todas las civilizaciones o comunidades humanas.  Hannah Arendt en su ensayo “sobre la violencia”, considera que esta no puede legitimarse jamás, aunque en ocasiones sea justificada por el Estado para garantizar la cohesión de la sociedad.

“El poder corresponde a la esencia de todos los gobiernos, pero no así la violencia. La violencia es, por naturaleza instrumental; como todos los medios siempre precisa de una guia  y una justificación hasta lograr el fin que persigue. Y lo que necesita justificación por algo, no puede ser la esencia de nada.  El fin de la guerra es la paz o la victoria.  La paz es un absoluto”.

Pero para llegar a ello siempre tendremos que apelar a la “educación”, el “sentido cívico” y la “ética” como referentes para ciudadanos responsables y preocupados por su relación consigo mismo, con el semejante, y con la naturaleza que le permite ser, y justamente la “ÉTICA” , es lo que menos abunda en nuestras sociedades.  

domingo, 24 de octubre de 2010

La práctica de la meditación


Meditar no es pensar, tampoco es sentir, tampoco es ver. ¿Qué es meditar?. Ya tenemos la pregunta, la pregunta pide una definición, pero la definición no resuelve la pregunta. No podrá resolver hasta que la experiencia sea compartida y utilizada por todos o al menos una gran mayoría de personas que cuando decimos “meditar” sepan lo que es por lo que hacen, o no hacen.
Lo que parece claro es que la meditación es una “experiencia”, que puede ser compartida, pero que se realiza en lo “personal” y tiene que ver directamente con nuestra “percepción” y con nuestra “mente”, ¿es un estado de percepción mental?. ¿Cómo puede ser esto?. ¿Puede haber un estado de “percepción interior mental”?. Cuando decimos “estado” implica “actitud” ante el “yo”, lo “otro” y lo “universal”, y cuando decimos “actitud” estamos diciendo posicionamiento ante la experiencia, la vivencia.
Sin embargo cuando intentamos comunicar esa “vivencia” ocurre lo inevitable:

1.- El concepto no es el objeto.
Desde que usamos el lenguaje objeto y referencia, han sido puntos de atención críticos desde la filosofía del lenguaje, la epistemología y la neurolingüística, por citar algunos campos del saber. Sin embargo, cuando hacemos referencia a la “meditación”, emergen niveles de complejidad sobre el significado y la referencia que dificultan la comprensión.
incompatibilidad entre referencia y objeto: un referente gramatical o sintáctico no puede expresar el objeto en su totalidad es solo una indicación, una señal no en si el objeto referenciado, por tanto no es relevante desde el punto de vista de la intersubjetividad o la objetividad sobre la “experiencia”.

2.- “El camino no es la acción” La respiración, la atención despierta y lúcida, la postura correcta, la “percepción sensorial de lo que fluye por la mente”, son elementos que forman parte del proceso de meditación, pero no es la meditación. Cualquier intento por descifrar o describir que es y que es lo que ocurre durante “el proceso”, no logra describir el estado, porque todo intento por describir es siempre incompleto y referencial, pero no explicito.
Por ello, y para concluir, “meditar” es una experiencia, única, intransferible y universal, abierta a cualquier ser humano, con una inquietud por experimentar.
Alan Wallace en su obra “Mente en equilibrio”, hace un profundo análisis de la concepción entre ciencia, budismo y cristianismo, respecto a este “ejercicio” del “despertar” a la meditación.
Desde una reflexión sobre el “¿quién soy yo?, la contemplación, y los estudios científicos de la “meditación” nos lleva a través de un interesante viaje por la difícil brecha entre oriente y occidente, en un esquema muy académico e instructivo sobre esta experiencia. Armonizando el viaje entre capítulos prácticos como “estar atento a la respiración de la vida”, “la unión de la quietud y el movimiento”, etc y capítulos teóricos como “volver a la realidad”, “conocer y sanar la mente”, “la vacuidad de la mente”, etc., que a través de un lenguaje práctico y directo conecta rápidamente con la experiencia y las necesidades del lector, ayudando a alcanzar una autonomía suficiente para la práctica de esta vivencia: “la meditación”.
ver enlace: Alan Wallace
articulo IAC