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miércoles, 20 de agosto de 2008

La vida es puro accidente…







Antonio Gutiérrez

"Cuando escuches tu interior reconocerás la fuerza del silencio"
"Cuando seas capaz de controlar tu ki* con la fuerza de tu mente nada en la tierra podrá resistirse a tu voluntad ni a tu poder."

Maestro del templo Shaolin (Kung-fu)





Busca lo divino dentro de nosotros para realizar la naturaleza de Buda.




Lo que te ocurre es lo que es y no cave ninguna disuasión o despiste. Es lo que es y por tanto lo que está sucediendo, (aquí y ahora). Por ello hemos de afrontar los hechos como vienen y buscar medidas coherentes y sensatas antes de cometer locuras de las que luego, si sales de ellas, estarás toda tu vida arrepintiéndote o en una perpetua insatisfacción o renuncia hacia nuestra única e irrepetible existencia.




Hay una frase que posee más de 2500 años de antigüedad. La pronunció el maestro Lao Tsé en una de sus obras celebres: "El Tao te King", esta frase dice: "Cuida las cosas antes de que entren en la existencia". Esta expresión nos sitúa en dos texturas. La primera es la de nuestro deseo. ¿Qué es lo que deseo?, ¿lo sé claramente?, ¿lo puedo ver y comprender?. La segunda es sobre "las consecuencias" que se desprenden de nuestro deseo, sin duda, una vez este se ha realizado. Cosa a veces difícil, ya que no siempre ocurre que depende de uno solo lo que nos ocurre. Pocas veces ocurre así.




Veamos estas dos vias en particular:




1.- El deseo.- Somos pura acción en un proceso constante de cambio o mutación. Dicho de otro modo, nada ni nadie puede desprenderse o inhibirse del cambio. Somos deseo arropado por la voluntad de ejecutarlo gracias a la fuerza del cambio. Esa voluntad es la energía que debemos incluir en el mismo instante en el que comienzo el proceso para conseguirlo: el combustible. Luego tendremos que añadirle otros componentes o aditivos como el tiempo, el esfuerzo tanto físico como mental, el sacrificio (que debo dejar o someter para alcanzar aquello, etc). Es inevitable desprenderse del deseo, dado que mientras estés vivo siempre lo tendrás a tu lado. Ya sea para cubrir una necesidad fisiológica, (sed, hambre, frio, etc) ya sea para satisfacer niveles más sutiles o "invisibles" como el "bienestar", la "felicidad", la "compañía", la "amistad", etc. Por tanto hemos de comprender como se produce el deseo en nuestra mente y que vías hay para canalizar su fuerza. Si comprendemos la naturaleza de nuestro deseo estaremos comprendiendo una parte de lo que somos.




2. Las consecuencias: La pregunta a las consecuencias que se desprende de ello es… ¿estamos dispuestos a asumir las consecuencias de nuestro deseo?, ya que todo deseo implica un cambio, una actitud para producir ese cambio y una acción para provocarlo, como bien sabemos, toda acción tiene unas consecuencias y es a esto a lo que atendemos ahora. ¿Hemos pensado en las consecuencias que supone nuestro deseo?. Si no pensamos en las consecuencias puede que ocurra que lo que hemos deseado se convierta en nuestra propia trampa o error respecto a nuestros principios más elementales, como el "honor, la sinceridad, el respeto a nosotros mismos, al prójimo, a la naturaleza, etc. Luego, ¿crees que debemos pensar las consecuencias de lo que deseamos?. Si respondes "si", podemos decir que somos "consecuentes con nuestros actos", y que "sopesamos las decisiones con prudencia y cautela" evitando en todo caso reducir cualquier daño posible que pueda ocasionarnos no solo a nosotros mismos, sino incluso a nuestros familiares, personas, seres vivos o cosas que estando en nuestro entorno podamos perjudicar.




Atención sobre lo que deseo y atención sobre las consecuencias que de esto se deriva. Luego, según este criterio, podemos ser actores de nuestros deseos y por tanto de nuestras vidas. Mónica Cavallé, en su obra "La sabiduría recobrada" nos presenta dos polaridades en nuestra actitud ante la acción. "La reactiva", aquella que se potencia por los que nos rodean, por tanto está propiciada por una voluntad ajena a la nuestra. El sujeto toma una decisión como consecuencia a algo o a alguien, está condicionada por lo externo, es manejada por una voluntad ajena, siendo el actor el que se ve sometido a ella como mero instrumento de lo ajeno. Sin embargo, frente a la acción reactiva, encontramos la "activa", la motivada por el actor, por el "yo" consciente, aquella fruto de una voluntad autónoma y no jerarquizada, que decide por si misma y resuelve las contradicciones o conflictos que puede afrontar tanto interior como exteriormente. Esta sería la adecuada, la visión correcta que nos permite ser libres y consecuente con nuestros actos. Por ello, surge la pregunta nuevamente: ¿Somos plenamente conscientes de lo que deseamos, de lo que queremos, de nuestras decisiones?




Atendiendo a los sabios principios de la tradición budista pensemos ahora en los siguientes puntos, ellos están extraídos de la tradición Shaolin.





  1. Practica incesantemente a seguir el camino
  2. Nunca tengas malos pensamientos
  3. No pierdas tu tiempo en quehaceres inútiles
  4. Entra en confianza con todas las técnicas y artes
  5. Estudia los caminos de muchas actividades y profesiones
  6. Aprende a no juzgar las cosas por su ganancia o su perdida
  7. Desarrolla tus actitudes para poder descifrar las cosas a primera vista
  8. No descuides tu atención ni a las cosas más pequeñas.
  9. Procura reconocer la esencia de aquello que permanece invisible.

Cada uno de estos consejos encierra una gran concepción de nuestra acción y nuestra personalidad. Somos seres mortales, finitos y limitados, no cabe duda, sometidos a las alteraciones de nuestro carácter y a los cambios de todo tipo, sociales, afectivos, ambientales. Nada de lo que nos dice estos principios son superfluos o carentes de sentido. Al contrario, pertenecen al gran acervo de la "filosofía perenne", la que trasciende todo tipo de cultura o tiempo. La que incuba el saber de siempre, el que han cultivado los grandes maestros... Escuchándolos y practicándolos abriremos nuestras puertas a la acción justa, al recto camino, en una palabra al Tao.

  1. Adjunto la visualización de un video del templo de Shaolin para que te sirva como incentivo a seguir investigando.


    http://video.google.es/videosearch?q=loto+y+espada&hl=es&sitesearch=#

  • Nota:
    El Ki, es para la filosofía budista oriental, un principio de energía vital, sin la cual no estaríamos vivos. Es un concepto abstracto fácil de experimentar, si estas vivo, pero difícil de explicar. Existen grandes tratados sobre el Ki, su tradición y su aportación a todas las artes marciales. (ver para seguir ampliando: http://ki.idoneos.com/index.php/342902