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viernes, 15 de agosto de 2008

LA TIRANIA DEL GRAN CAPITAL O LA DECLARACION DE LA NEOESCLAVITUD.



Antonio Gutiérrez


Fue durante La década de los 80, entonces todo el mundo parecía más relajado y comunicativo, o tal vez me lo parecía a mi, por aquello de las relaciones personales, mi edad un tanto ingenua y todo un mundo por delante. Las relaciones siempre me habían entusiasmado, por encontrar otras vidas con inquietudes, con sus problemas y sus soluciones campando por mis alrededores. Pero, la crisis era inminente. Algo muy parecido a lo que hoy ocurre, pero claro, no hay comparación. Se avecinaba la caída del muro de Berlín (1989), y con ello el final de una de las más sangrientas tiranías de occidente, el nazismo extremo, pero también la masacre de Ruanda (1991), o la caída del régimen soviético con el mandatario Boris Yelsin, siendo el primer presidente electo a principios de los años 90. La revolución de las flores (1968) ya había pasado y quedaba apenas una tenue resonancia en los pasillos de las universidades materializada en los porros, las melenas "rafta", los pantalones acampanados, las minifaldas y otras experiencias alucinógenas que parecían anunciar los adulterados paraísos del Edén perdido y utópico de la juventud reinante. La gran hermandad de la paz y la solidaridad daba paso a los preludios de las borracheras de fin de semana en los guateques privados de los "colegas" que concluirían con el famoso botellón de la última decada y la mezcla narcótica alucinógena del "caballo", la heroína, o las drogas de síntesis. El lema será "vive y abaca pronto, no hay salida"....

La cooperación, la solidaridad, la movilización estudiantil, la lucha contra las burguesías como arma arrojadiza ante las terribles desigualdades e injusticias que nos llegaba a través de los medios de comunicación y vividas en carne y hueso no fueron suficientes. Lamentablemente, el germen del individualismo, de la sociedad opulenta (Galbraith), malconvive con "los desheredados de la tierra" de F.Fanon, de las familias destruidas, de la violencia encubierta retratada por las críticas plumas de Aldous Huxley, "Un mundo feliz" Erich Fromm "Miedo a la Libertad" en las pasadas décadas, o Luis Racionero , Ramón Tamámes, Mugerza, José Luis Escohotado, Emilio Lledó, Aranguren, entre muchos otros, perfilaban desde sus críticas, un escenario socio-político más bien de centro derecha un tanto revuelto contra los socialdemócratas muy próximos al poder y las izquierdas combativas, pero poco carismáticas en una sociedad escarmentada y dolorida por las guerras, las persecuciones y los encarcelamientos del franquismo. Un pueblo en definitiva poco amigo de los conflictos y por tanto dócil a los convenios salariales, sin afán por la lucha sindicalista y las revueltas obreras.

La búsqueda y defensa del Gran Capital eran los objetivos prioritarios entonces, algo ahogado por las quiebras bursátiles, la crisis petrolera a finales de los 80, la amenaza de conflictos armados que se materializaría en la "Guerra del Golfo", con unos americanos empecinados en destituir a Hussein y cuyo móvil no era otro que la frenética lucha por el dominio de los yacimientos petroleros de Irak, el orgullo tocado por la caida de las Torres Gemelas de New York (2001), dirigiendo así los pasos a un escenario bélico con la crisis de Irak y su conflagración (2003). Hecho que afectará a las economías mundiales, y que a pesar de lo expuesto por muchos analistas, son las causas de un colapso económico y financiero de grandes proporciones, donde los diferentes estados de la Unión Euoropea, por ejemplo no podrán superar dado la alta dependencia creada en los mercados y la consecuente fragilidad del sistema bursatil ante la perdida de fidelidad y cumplimiento de los acuerdos y los pactos de Estado entre los actores internacionales. Los grandes abanderados de la economía emergente, las multinacionaels, tenían mucho que ver con la consolidación de la estirpe en el control del capital y el dominio político del Estado, como garantía de un modelo democrático que garantizara el Estado de Derecho.

Los años 80 serían el lanzamiento de la recién estrenada Democracia en España y por tanto de la defensa de las libertades y los derechos ciudadanos, una camisa nueva para un pueblo dolorido y reprimido por el franquismo. La monarquía pasaría a un papel más bien simbólico y representativo de una tradición ya obsoleta y caduca, que legitimara el nuevo modelo de Cortes Generales, con sistema parlamentario, asambleario y democrático: Sin embargo, a pesar de los movimientos y las revueltas contra los nuevos modelos de dominación, como podía ser el representado por los "medios de comunicación" o "las fanáticas movilizaciones futboleras" que soñaban con la vicotoria y la copa del mundo, serían las válvulas de desahogo de una sociedad que luchaba por sus libertades, aunque poco sería el margen que dejaba el sistema social a la libre expresión, el crecimiento personal y la libre circulación de personas por cualquier territorio. De hecho, el fenómeno de la inmigración no era aún relevante, hasta mediados de los años 90 y la entrada en el nuevo siglo XXI, siendo más bien lo contrario, el de la emigración de España por españoles, sobre todo hacia Francia y Alemania, así como el permanente goteo hacia Venezuela, Argentina, Cuba y el Caribe entre otros destinos como mano de obra para trabajar en los viñedos que las campañias francesas demandaban o en la siderurgia de la Alemania Occidental. La salida de la guerra fría después de los 60 y la búsqueda de alianzas internacionales que abrigaran un futuro más prometedor y prospero para occidente, llevó a los pactos de la OTAN que ya desde el año 49 estaba funcionando entre los países aliados del frente americano en oposición al frente soviético representado por el Pacto de Varsovia. La complicidad e inclusión de países como España en los acuerdos del Atlántico Norte supuso la pérdida de cierta soberanía en la defensa de los intereses del pueblo y del Estado, para caminar bajo el paraguas y los intereses de la gran superpotencia amerciana.


Pasaríamos pues de una sociedad inspirada en la familia y sus valores de respeto y cuidado a una desintegración familiar, a la perdida de los valores tradicionales, al sentimiento de individuación y fragmentación, sin identidad personal y sin capacidad de reacción para afrontar los nuevos retos emergentes. La política, la distribución de las riquezas, la sanidad, la educación, etc. La familia será observada y analizada por teoricos como W. Reich que ven en ella el germen de las contradicciones sociales, de las luchas por el poder, de la dominación y el sometimiento.


Las nuevas generaciones, de los años 80 al 90 ven como el proceso desintegrador, decadente, según Luir Racionero (2000) de las crisis, no sólo económica, sino moral, religiosa, política o existencial, afecta de lleno sobre las personas, que día a día ven quebrarse sus relaciones afectivas, sus proyectos de vida, sus ilusiones y sus esperanzas por una situación poco a poco más cruel, insolidaria y mezquina que enfrenta a todos contra todos, y donde la confianza, la fidelidad o el honor, dejan paso a situaciones de violencia contextual y estructural, claramente justificadas por la supervivencia o la dominación del interés monetario y salarial.


Emerge así un estilo de vida inspirado en los sistemas tradicionales ya vencidos, como el perfil del broker, del oportunista, del inversor con capital, que ve su negocio fortalecido a expensas de la explotación y la servidumbre. Un modelo donde el éxito viene asegurado por la herencia de fortunas o por la "suerte" condenada a los juegos de azahar y las multimillonarias cifras de la lotería, el bingo, etc. Todo vale siempre que justifiques la victoria económica y no seas "pillado" infraganti cometiendo alguna transgresión a la ley constituida. El concepto "todo vale" para justificar el éxito, se convierte en moneda de cambio y de pactos o acuerdos con el fin de perpetuar ciertas estructuras de poder o dominación. La idea de Maquiavelo, de que en una sociedad imperfecta, los hombres buenos inclinados a hacer el bien deben sasber ser malos, se va extendiendo, la disposición a las asimetrías y la dominación a priori, ya sea por la jerarquía, el uso del poder legitimo o la dominación en cualquiera de sus formas emerge en el mismo seno de lo social. La violencia se manifiesta en todas las formas posibles, conviviendo con un modelo democrático, de lucha por las libertades, defensa de la paz y la justicia. ¿Será el "lado oscuro de la fuerza"?.

Entramos aquí en una "nueva era" de valores trascendentales totalmente "erosionados" por un imperativo "transgresor", donde lo prohibido, lo fatal, lo peregrino y superficial abren la pasarela de una figura cosificada, lastrada por las marcas de la mercantilización, una sociedad que se identifica y vive en la "marca", por la "marca", y según establece el mismo rol de las "marca", no sólo te obliga a consumir y derrochar grandes sumas propias del "status" de lo poderosos en un modelo programático de "marcas" sino que además las mismas marcas te programan un "modus vivendi" prediseñado y vacío de todo contenido humano y natural. Todo debe quedar perfectamente pautado y tipificado, para que no deje al modelo abierto con posibles fisuras que otros competidores puedan utilizar para capturar más usuarios a su red de consumidores convencidos y fielmente adoctrinados …
El mundo de la "globalización" y el "discurso único" se abren bajo la mascara de la "felicidad tecnificada, la digitalización, la revolución internauta, la industrialización de lo humano. La mecanización y el automatismo, serán las delicadas zarpas esclavizantes de la libertad y la dignidad humanas. No pensar, será el lema, no responsabilidad, no compromiso. Abadonamos las éticas del esfuerzo, la cooperación, el diálogo y la comunicación, por la dominación legítima del más fuerte frente a los débiles e indefensos ciudadanos que día a día no sólo están más esclavizados a sus propias deudas contraidas por la ciega necesidad de superación y bienestar fictício, sino que además nos situa en un punto de no retorno, donde cualquier alternativa de cambio y renovación se ve "peligrosa" desde todos los prismas posibles.

¿Dónde ha quedado el movimiento de solidaridad, de la "No violencia" propiciado por Gandi, de la abolición de la esclavitud de Martin Luther King (1968) y la superación de los conflictos raciales?...

Para seguir explorando:

Información de la revista Attac.

http://www.attac.es/portalattac/index.php?option=com_content&task=view&id=294&Itemid=1