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martes, 29 de julio de 2008

La neoesclavitud, un síntoma de la decadencia del neoliberalismo





Entre los meses de Diciembre del pasado año 2007 y el actual mes de julio venimos asistiendo a una aceleración sin freno de la tan mal y acusada "relentización de la economía", "crisis global" o "crisis del neoliberalismo", de las sociedades consumistas y consumidoras de la "calidad de vida", del desarrollismo, y de sus "fieles consumidores". Asistimos a una neo revolución "silenciosa", de millones de personas en todo occidente, que ven como sus tarjetas de crédito pierden fuerza, se desmoronan en un plástico inservible, cada vez más devaluado y cuyas facturas crecen y por tanto su deuda se desborda. Una cuantificación fatalista de lo inevitable: "El colapso del capital".


La crisis despierta a cualquier empresario de sus confortables asientos de piel de las grandes multinacionales, Coca Cola, Disney, Zara, Appel, etc. Los mercados ven caer sus ofertas a precios de "escándalo" ante la congelación del mercado, la perdida de capacidad adquisitiva para las compulsivas compras por los sufridos clientes adoctrinados al "ruido de las grandes superficies", la enfermedad se llama "enfriamiento económico", "paro", "colapso financiero". Todo ello motivado al parecer según la esfera mediática por las hipotecas subprime norteamericanas y por la "crisis energética". Sin duda esto nos lleva a pensar en la siguiente historia: Eran unos seres muy enanitos y carentes de visión "global" que conocían la realidad a través del tacto, todo lo que llegaba a sus "conciencias" tenía que pasar previamente por sus manos. El tacto les permitía ver. Una vez toparon con un "elefante" a lo que unos que tocaron tu trompa decían que era fina y muy flexible, mientras que otros que tocaban las patas decían que era "rugosa, dura y muy pesada", así cada cual componía su "visión" en función de lo que palpaban, y las discusiones eran continuas. No había forma de ponerse de acuerdo, pues nadie podía tener una visión "global" de lo que acontecía. ¿Podríamos aplicar esto mismo a la "crisis de nuestra civilización"?. Veamos por parte este hecho.



El nuevo siglo amanece con una herencia difícil de afrontar:



  • El cambio climático: la desertización de la tierra, la descongelación de los polos, el aumento de las tragedias climáticas, los grandes huracanes, la expoliación de los recursos, la desaparición de las especies animales, la degradación del medio ambiente, etc.

  • La caída energética: La crisis del petróleo, crisis que vuelve como en años anteriores, (años 70, finales de los 80 y principio de los 90), pero con la salvedad que esta vez, la situación va en serio, en cuanto a la alarma que la ciencia dispara al observarse la difícil situación de encontrar nuevos yacimientos y acceder a los mismos para la depuración del crudo. La previsión, según los informes de la O.P.E.P. y de la U.E. es que para el año 2024 habremos expoliado completamente todas las reservas de crudo.

  • La crisis inmobiliaria, la caída de las grandes constructoras o las hipotecas "subprime"
    La caída inmobiliaria en lo que va de año desde el 2006 ha sido de más del 17% por lo que asistimos a un acontecimiento nuca visto en la historia. La vivienda rompe el mito de "invertir en bloque es invertir en seguridad". El exceso de oferta con más de 600 mil en el mercado directo de promotoras, y la deuda financiera que esto acarrea a las economías de la gran banca implica un duro reto para las próximas décadas.

  • La quiebra bursátil: una situación vivida en las bolsas internacionales que algunos analistas comparan ya con el fenómeno del "Crack del 29" para iluminar la tragedia jamás vivida por la bolsa de NewYork, pero de una forma más técnica y sofisticada otros lo han llamado "alta volatilidad", "inestabilidad bursátil" o "gran desplazamiento lateral".

    Los diagnósticos empresariales que miden el discurrir de los días respecto a la crisis abierta no vaticinan nada alegre para los próximos meses, e incluso años, ya que la flexibilidad de recuperación de los mercados queda entredicha ante la quiebra de los resortes automáticos de seguridad capaces de amortigüar la crisis financiera. Si a esto añadimos la alta especulación sobre el petróleo más las fuertes cargas impositivas del los Estados, hacia donde nos dirigimos?....


    Y lo más radical, directo al pueblo y a los millones de familias que a diario tienen que afrontar "el coste" por vivir.


    El paro y la inflación.


    Dos pandemias que se proyectan como sombras o plagas "divinas" provocadas por un abuso desmesurado de la productividad, por una reacción compulsiva de los mercados, debilitamiento de la demanda, y sobreexplotación de la gran maquinaria del hormigón, y de las industrias pesadas de la energía y las materias primas.


    Paro, porque las estadísticas y la influencia mediática dispara las alarmas en la población, en las sociedades empresariales, incluso en los megacentros financieros y multinacionales que ven como sus plantillas tienen que verse recortadas ante la brusca caída de liquidez general y la depresión inminente. (Spanair, G.M. Lufthansa, etc)


    Esto conduce a una alteración muy feroz sobre los precios, una escalada disparatada y una guerra entre el tipo de interés bancario y las subidas inflacionistas. Un pulso que pondrá el grito de crispación colectivo en un "Basta ya" que hará temblar la política de las naciones, y las estructuras mismas del sistema neoliberal.


    ¿Cuáles serán los grandes retos, no ya de los gobiernos occidentales o de las políticas imperialistas, sino de las personas físicas que formamos la multiplicidad de culturas que habitamos este planeta?. Estos retos se encuentran en los siguientes puntos:


    1 El control de los recursos energéticos, que nos evite caer en la gran catástrofe de Chernovil con políticas de proliferación de la energía nuclear. La alternativa de recursos energéticos renovables, "energías limpias" supone solo por el momento un 5% del total de la energía consumida por occidente, por lo que es necesaria una intervención hacia nuevas técnicas e ingenierías que puedan obtener energía de los recursos más abundantes, y en este caso el más rico, es el solar.


    2 El control de la producción alimentaria para las poblaciones: Recurrir al viejo concepto de "más por menos" esta bien en un sistema de oferta y demanda, pero en un sistema de recursos decrecientes fruto de una sobreexplotación de los recursos energéticos, de la expoliación de tierras, de la contaminación medioambiental, no suele resultar muy favorable. En este sentido emerge el concepto de "carestía de alimentos" o "crisis alimentaria" al agotar las posibilidades de rendimiento de la producción mundial (p. ej, cereales, arroz, soja, etc)


    3 Control de las poblaciones: ¿Cómo es que las poblaciones en países como Angola, Congo, India, Tailandia, etc tienen mayor índice de natalidad que las poblaciones como Paris, Londres, Madrid, etc. La presión del capital está presente sin duda, junto con el modelo de vida establecido en los diversos entornos culturales. La emigración es solo uno de los efectos producidos por los movimientos de grandes poblaciones en el mundo. Sin embargo, el problema geoestratégico sobre la ubicación de las poblaciones y sus correspondientes culturas, se verá sometido a fuertes presiones no solo por el incremento de la población mundial, sino por los fuertes cambios que el clima va a provocar en los propios recursos como agua, energía, alimentos, materias primas, etc. Lo que nos conducirá a reflexionar igualmente desde una perspectiva global, por encima de nacionalismos y regionalismos, sobre las tareas, fortalezas y debilidades que hemos de afrontar en las próximas décadas.


    4 Control de los conflictos mundiales, guerras y amenazas terroristas nacionales e internacionales: La amenaza de la guerra ha sido una constante en todas las civilizaciones y por supuesto no será menos en la nuestra. Actualmente existen más de 50 conflictos bélicos abrazando al planeta. Si añadimos a esto las amenazas terroristas, el problema aumenta. Sobre todo porque iniciamos un escenario bélico diferenciado respecto a los conocidos hasta ahora. La presencia de los grandes oligopolios, multinacionales y grandes corporaciones (banca mundial, F.M.I. O.P.E.P. etc) establecen un régimen de conflictos que van más allá de las fronteras nacionales. Ejercitos financiados por las mismas corporaciones internacionales como la Shell o la Repsol IPF abrirán una nueva dimensión de belicismo internacional más allá de las jurisdicciones estatales. Tras el 11 de septiembre del 2001 estamos asistiendo a una nueva forma de terror y por tanto de conflictividad que resentirá todas las estructuras financieras y políticas de occidente.


    La pregunta que puede que nos estemos haciendo es qué probabilidad o predecibilidad hay sobre las amenazas que nos acechan. Sin duda esto nos conducen a una investigación profunda sobre los movimientos sociales y las reacciones que la civilización adopta ante estos nuevos retos y desafíos. Y respecto a que podemos hacer cada uno de nosotros, la propuesta que planteo desde este comunicado como compromiso serio será:





  1. Recuperar la dimensión moral y los valores humanos perdidos con la industrialización y el desarrollismo consumista

  2. Profundizar en la filosofía perenne y por tanto en nuestro propio interior, recordemos el pensamiento de Seneca "procura parecerte lo más posible a ti mismo" o el de Sócrates "conócete a ti mismo". Esta será una de las grandes revoluciones que aún quedan por hacer.